Donde se cuenta como a veces nos desvivimos absurdamente por lo novedoso

Que soy un fan incondicional de Antonio Vega lo sabéis quienes me conocéis (personalmente o en redes sociales), en mi antiguo blog publiqué una entrada el día de su muerte.Hace casi dos años me enteré que se estaba haciendo un crowdfunding para producir un documental sobre Antonio, en el que, por supuesto, participé obteniendo como regalo (entre otros), el póster del documental que aparece en la imagen. También he recibido copia del documental, por supuesto, que ya vi.
Hace unas semanas me comentó un amigo que se había estrenado ya el documental en Canal+, denominado «Tu voz entre otras mil», así que me lo descargué también del Plus y lo tengo grabado en el disco duro del descodificador. En cuanto encontré un hueco me puse a verlo de nuevo, esta vez de la grabación mencionada.

Toda esta larga introducción viene a cuento porque cuando mi amigo me lo dijo, me dio rabia no haberme enterado ni haberlo visto cuando se emitió por primera vez en la televisión. Una rabia tonta, debo decir, pues ya lo tenía hace tiempo y lo había visto. Y es de esa sensación de la que quería hablar hoy, de como muchas veces no queremos perdernos algo novedoso  y, o nos da rabia si no es posible hacerlo, o nos lamentamos no habernos enterado, o incluso cambiamos de planes para poder verlo si teníamos prevista otra actividad en ese día/momento. Y a veces es absurdo, como en este caso.
Si por ejemplo hay un acontecimiento de tu deporte favorito, digamos Formula 1, eso sí hay que verlo en directo, o al menos, sin haberte enterado del resultado. Pero a veces, se nos va la pinza (a unos más que a otros) por ver algo en cuanto sale, y nos da envidia si algún conocido lo ha visto antes que nosotros. Pasa con las películas. Estas Navidades se ha estrenado la tercera parte de «El Hobbit, la batalla de los cinco ejércitos», concretamente el día 19 de Diciembre, con unas colas impresionantes para verla… yo he ido a verla el día 3 de Enero, y habíamos ¡¡10 personas!! solamente en el cine, y es probable que dentro de poco la quiten de las pantallas de cine. Una locura.
Otra locura de nuestros días es lo de las series de TV, las más famosas como «Juego de Tronos» o «Big Bang Theory» parece que uno es de la Edad de Piedra si no ha visto el último episodio. Y si le dices a alguien -Yo estoy viendo ahora la segunda temporada la mirada de desprecio es insultante, mirada que se vuelve chulesca después para espetarte -Yo voy al día con la cuarta temporada, episodio 7. Hay gente que incluso cuando no se estrena en España simultáneamente a USA (de donde vienen la mayoría de las series de éxito) se descarga al día siguiente la versión original subtitulada al mexicano por algún aficionado hispanohablante residente en USA. Y así todo: la obsesión por comprar el nuevo iPhone el primer día que sale al mercado, los empujones para entrar al centro comercial a primera hora del primer día de rebajas… Hasta ese punto las grandes marcas comerciales y sus expertos en marketing han llevado el consumismo. Y nosotros tan cegatos… y tan borregos.

Por cierto, que si aun no han visto el documental sobre la vida de Antonio se lo recomiendo, ¡manada de neardentales! xD

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