Ya zoy pizicologo

Donde se cuenta la gran alegría y satisfacción que se siente ante tan magna noticia

Pues sí, a falta del practicum (que estoy realizando actualmente) se puede decir que como reza el título (más abajo explico porqué está escrito así) tengo el título de Licenciado en Psicología. Así como suena, aunque casi me asusta escribirlo. Quién me iba a decir a mí en 2006 cuando se me ocurrió la locura de estudiar una licenciatura universitaria, a distancia, después de quince años sin prepararme un examen, que lo iba a conseguir. Y por eso me atrevo a contarlo y expresarlo aquí, más allá de la falsa modestia que pueda alguien imaginar..

Cuando estaba en el instituto (incluso en la Universidad cuando saqué el título de Ingeniero Técnico) nunca se me dio bien memorizar («empollar» como se decía vulgarmente) y echando una visual a mi expediente académico de entonces, se ve perfectamente como en las asignaturas de ciencias sacaba muy buenas notas y en las de letras sacaba un «Bien» como máximo. Además, cuando fracasé intentando estudiar Ingeniería Superior, siempre pensé que había llegado al límite de mi capacidad intelectual con la Diplomatura que tenía.

De manera que ir aprobando año tras año, asignatura tras asignatura, una carrera como Psicología, que si bien no es de letras «puras», hay mucho que memorizar y retener memorísticamente, suponía para mí un reto que yo mismo no me veía capaz de superar. Había asimilado que utilizaba mucho más mi hemisferio cerebral izquierdo que el derecho. Pero hoy por hoy, puedo afirmar que no es así (ni simbólicamente), y he de decir que estoy muy orgulloso de poder decir lo que reza el titular, por el reto que suponía para mí, pero también muy satisfecho de todo lo que he aprendido estos años (y lo que aun me queda por aprender, por supuesto) de esta ciencia humana que es la Psicología. Al mismo tiempo tengo un sentimiento de «arrepentimiento», en el sentido de no haberlo estudiado cuando tenía 18 años, cuando terminé el COU, y haber dedicado mi vida a la Psicología, por cuanto me gusta, según he ido comprobando y, ya digo, descubriendo durante estos siete años que llevo «empollando».

Cuando en mi primer curso 2006-2007, me presenté a mi primer examen en la UNED, llevé dos bolígrafos y un lápiz (los que aparecen en la imagen de este post), y como me salieron bien, decidí conservarlos durante toda la carrera y dedicarlos exclusivamente a su uso en todos los exámenes, a modo de talismán. Los colgaré de la Orla que es el lugar que merecen.

Y en el camino hay que agradecer a mucha gente, el primero y principal a Luis Vallecillo, amigo de hace mucho por compartir patria chica y asuntos que nada tenían que ver con esto, que también empezó a estudiar Psicología en la UNED de manera tardía, que fue tutor en la propia Uned, y por tanto profesor mío (ahora ya jubilado). A veces me pregunto si el hecho de su inicio tardío no fue (de una forma quizás inconsciente) lo que me dio el empujón que necesitaba para tomar la decisión de empezar la carrera a esa edad. Y desde luego, fue la primera persona que consulté cuando ya lo tenía casi decidido y quien me animó y orientó en mi primer año sobre qué asignaturas elegir. Así, Luis es en gran parte responsable de lo que significa lo que aquí os cuento hoy.

También tengo que agradecer a mis compañer@s en la Uned, a tod@s, (aunque un@s más que otr@s, no sería justo hacer distinciones) por los buenos momentos que hemos compartido, (también alguno menos agradable) en el terreno de la amistad; y el apoyo mutuo en pasarnos apuntes, libros, recomendaciones para los exámenes, etc. tan fundamental cuando se estudia una carrera a distancia.

Mi familia más cercana  aprobó desde el principio esta locura, con lo que hay mucho que agradecer, también, a ell@s.

Estudiar a distancia es una verdadera complicación para cualquiera, pero la Universidad a Distancia Española, UNED, una de las más prestigiosas del mundo en este ámbito, funciona de maravilla, y por tanto una parte de mi agradecimiento va para ella. La cantidad de información de que se dispone a través de las nuevas tecnologías de Internet en cuanto a Foros de debate, información, vídeos, programas de radio y televisión, apoyo de los profesores de la Sede Central, etc. es tan buena y tan grande, que supone una gran ayuda en la difícil tarea de superar las dificultades para aprobar las asignaturas, sin olvidar las tutorías presenciales, por supuesto.

No me olvidaré de agradecer a los que (me lo expresaran directamente o no) pensaban que estaba «loco» por iniciar una carrera que no necesito, teniendo un trabajo fijo con buen horario y bien remunerado. Dicen que cuando hay diversidad de opiniones en cuanto a aprobación de lo que haces, es que es una opción «válida» o posible, así que gracias también a la «oposición».

Se suele afirmar que cualquier conocimiento que se adquiere enriquece nuestra vida, pero cuando el conocimiento es sobre una materia tan cotidiana, tan «presente», tan vital como la mente humana, el enriquecimiento es mucho mayor, y siempre en constante crecimiento.

Finalmente, me gustaría animar a quien lea esto y haya llegado hasta aquí, que si hay algún tema que le apasione, sea el que sea, que no se quede quiet@, que profundice en ello, da igual que sea académicamente o por su cuenta, no importa la edad ni la dificultad, ni el esfuerzo necesario. Cuando se tiene la motivación del apasionamiento por algún asunto, eso puede con todo, os lo digo por mi experiencia propia, y por mis (incipientes) conocimientos de Psicología. Si yo lo he conseguido, cualquiera puede conseguirlo.

Así que os envío un gran saludo a l@s que leéis esto, de parte de un alma llena de felicidad que es lo que soy en estos momentos.

P.D.: Cuento aquí lo del título del post. En una entrevista, la actriz española María León, confesó que cuando ganó en el año 2.011 la Concha de Plata en el Festival de Cine de San Sebastián por la película La Voz Dormida acudió a recogerlo sin bragas (sic), explicó que como no se lo esperaba en su primera película importante, sintió la necesidad de conectarse con la realidad, de bajarse del «subidón», y por eso se quitó las bragas. Así que, en cierto modo, la forma de escribir este título es mi forma de quitarme las bragas… o (para ser más exactos) de ir sin boxers bajo los pantalones 😉