La mañana está gris, y llueve. Mal día para Meteora, fue lo primero que pensé cuando me levanté. Salimos del Hotel en dirección al pueblo: Kalambaka, en una rotonda que hay casi a la entrada está marcado, a la derecha, Meteora, se sube varios kilómetros y las maravillas empiezan a aparecer, los impresionantes cortados de roca y los monasterios construidos encima. La carretera rodea las rocas y se puede acceder a todos con el coche, las fotos son impresionantes desde abajo hacia arriba y desde arriba hacia abajo. Aunque está nublado, al ser la niebla ligera las imágenes cogen un tono fantasmagórico mas que interesante como se ve en las fotos.
Para acceder a los monasterios (a 2€ cada uno), se hace a través de largas escaleras la mayoría, algunos pasando una especie de puente colgante. Entramos a dos de ellos, el de San Esteban (Aglios Stephanos) cogiendo el primer cruce a kz izquierda y al de arriba del todo Megalo Meteoro. Este es imprescindible su visita, dentro hay exposiciones y museos, históricos, de arte, etnográficos etc. Impresionante la vista desde el patio a la izquierda junto a los servicios en la planta de arriba. Parece que fue este el primero que se construyó en el Siglo XIV, uno se pregunta que hierbas tomaría el que se le ocurrió hacer el monasterio aquí; bromas aparte, si los monjes buscaban silencio, tranquilidad y lejanía del mundo terrenal, sin duda lo encontraron. Al menos hasta que se puso de moda el turismo.
Con el impermeable chorreando, montamos en el coche hacia Atenas, cerca de 360 km en cinco horas, la primera parte con mucha agua y viento hasta Lamia, desde aquí (donde comimos) hasta Atenas hay una autopista con varios puestos de peaje. Temprano a la cama y por la mañana para casa.
Fin del viaje: en resumen, me ha gustado Grecia, hemos hecho muchos km en el coche recorriendo buena parte del país y viendo muchos restos arqueológicos, quizás demasiados aunque la verdad todos muy interesantes y recomendables. Este ultimo día es precisamente el que no son restos arqueológicos, quizas por eso lo disfruté de manera especial. Respecto a la gente son muy amables en general (el único no agradable fue el de información del aeropuerto al salir cuando pregunté por la devolución del coche de alquiler), el ambiente (diurno y nocturno) muy bueno, el clima, la comida y la forma de ser muy parecidos a los de mi tierra. Un sitio para volver, quizás en verano mejor y para visitar las islas. Αφγανιστάν ΕΛΛΑΣ, Gracias Grecia