Hace dos años, me planteé comprarme un portátil, nunca había tenido uno porque normalmente no necesitaba llevar el ordenador de un sitio a otro, pero estaba empezando a formar parte importante de un blog local y me iba a hacer falta. Estaba tan harto de cuelgues del sistema, reinicios y formateos que pensé cambiar de aires, investigué en la red, estuve considerando Linux y finalmente me decidí por Mac. Lo que me empujó a ello fue el atractivo diseño y el hecho que según los foros casi no había virus para Mac y era muchísimo más estable que otros sistemas.
Sólo faltaba decidir cual comprar. Quería un ordenador no demasiado grande para transportarlo, tampoco necesitaba excesiva potencia porque para lo que (en principio) iba a hacer con él… lo vi clar0, un MacBook blanco. Me informé en los foros, sobre todo el del GumCadiz sobre donde comprar y tras varias consideraciones lo pedí directamente a la Apple Store, pues con el descuento para estudiantes (estudio en la UNED) me hacían un descuento del 5% sobre el precio estándar (los descuentos varían según el producto). Llegó muy pronto y sin problemas junto con una funda muy cañera que compré. Me ocurrió una anécdota curiosa, fui al Corte Inglés para ver uno y probarlo, le dije al vendedor que si podía verlo encendido, me dijo que algún «gracioso» había entrado y cambiado la contraseña y no podían iniciarlo :-O (me imagino que cambiaron la contraseña de root, pero ¿tanto trabajo cuesta reinstalar?). Supongo que las ventas de Mac en ese centro concreto no serán muy elevadas… en fin…
Desempaquetarlo fue todo un momentazo lleno de emoción, la instalación fue la mar de fácil y en poco tiempo estaba funcionando. Cuando uno cambia así de pronto de sistema hay muchos aspectos que te chocan, estas son algunas de las que me chocaron a mí:
- El teclado tiene algunas teclas diferentes, las manzanitas a ambos lados de la barra espaciadora (en algunos teclados no aparece el símbolo de Apple aunque hacen la misma función) que es como la tecla Control en güin, una tecla Alt, una tecla Ctrl, y una tecla fn. Dos que dan quebraderos de cabeza son la @ (que no es manzanita-2 sino alt-2), la otra es la tecla Supr, que es fn-Borrar. Por lo demás, en Mac se usan mucho las combinaciones de teclado para agilizar algunas tareas, sobre todo con la manzana, que poco a poco vas descubriendo y habituándote a usar.
- No hay nada en el escritorio, todo está en el Dock (más aun en Leopard, esto era Tiger).
- Hay una serie de carpetas preestablecidas (las más importantes tienen accesos directos en la parte izquierda del Finder), entre ellas una con un icono de una casita y tu nombre, que es donde están todas tus cosas, algo así como el Mis Documentos de güin pero mucho más completo, intuitivo y mejor clasificado, lo que facilita las búsquedas y hacer copias de seguridad. Puedes personalizar las carpetas que te salen por defecto en el Finder simplemente arrastrándola hasta la posición deseada.
- Cuando abres una aplicación la barra de menús no está en la ventana del programa sino en la parte superior de la pantalla, en una barra de menús siempre visible, que cambia cuando se pasa de un programa a otro. Mirando esa barra, justo a la derecha de la manzana azul siempre sabes qué programa está en primer plano. Cuando cierras una ventana de una aplicación, normalmente esta no se cierra totalmente, para cerrar tienes que ir a Salir en el menú de la aplicación (o pulsar manzana-Q).
- Una cosa que aprendí hace poco. En güin cuando tienes varias ventanas abiertas (unas tapadas por otras), todas tienen su icono en la barra de herramientas y pulsando en él puedes traerla a primer plano. En Mac si las ventanas son de diferentes aplicaciones puedes pinchar en el icono de la aplicación en el Dock y la trae a primer plano. El problema es cuando las ventanas son de la misma aplicación, por ejemplo dos ventanas del navegador. Yo desconocía Exposé, se puede configurar de varias maneras pero por defecto pulsando F9 puedes ver una miniatura de todas tus ventanas abiertas y seleccionar la que quieras.
Creo que es suficiente por el momento, debo decir que la mayoría de las cosas indicadas (y otras) me gustán más en Mac que en el viejo, hay otras que simplemente son diferentes, es cuestión de acostumbrarse.
Otra cuestión a destacar, ya para terminar, es el servicio al cliente. Pocos días después de comprar el MacBook, Apple actualizó el portátil con procesadores ligeramente más rápidos y a un precio inferior. Llamé y me ofrecieron dos opciones: mandar el portátil y me daban uno nuevo con el procesador mejorado; o me quedaba con el mío y me devolvían el importe que había descendido el precio. Me decidí por esta segunda opción, quedando muy satisfecho con ese servicio de Apple, bastante sorprendente.