El viaje está llegando a su fin, lo bueno se acaba pronto, pero nos quedan aun dos días en Grecia. Despertamos en Delfos, desayunamos y salimos a hacer unas compras, aquí es famosa la cerámica, característica y diferente de la de otras zonas como Atenas, también hay muchas joyerías. Las visitas arqueológicas obligadas son a la ciudad antigua pasando antes por el Museo según nos informan en la oficina de información en la primera planta del Ayuntamiento. Se puede subir al Monte Parnaso donde hay bonitas vistas y una cueva, pero se necesitan equipos adecuados para subir, mas aun en esta época del año y con las lluvias de hoy.
El Museo conserva muchos restos de la ciudad que visitaremos luego, destacan algunas estatuas especialmente gráciles y buen conservadas, pero hay de todo, desde frisos, cerámicas, ornamentos, etc. Se continúa la visita entrando en los restos arqueológicos pasando por muchas dependencias, siendo las mas importantes el templo y el teatro de Apolo. Pasado el Teatro se puede subir al estadio, no se permite el acceso al interior pero se ve desde una esquina, tiene graderío añadido por los romanos (los griegos no las usaban en los estadios) y tiene el tamaño establecido, creo que no conté el otro día que el estadio era una medida de longitud en la Grecia Antigua, de donde toma su nombre. Luego se baja, al otro lado de la carretera al Gimnasio y el Santuario de Athenea, también interesante, estas son de libre acceso, la entrada conjunta a Museo y sitio arqueológico cuesta 9 €.
Y nada mas por hoy en cuanto a visitas, salimos hacia el Norte donde nos espera Meteora, se tarda mas de tres horas de coche por una carretera bastante cómoda, dormimos en Kalambaka justo al lado de Meteora.