Donde se distingue las dos modalidades de coplas de agrupaciones del carnaval gaditano
Uff ¡Qué abandonado tengo esto! Mi promesa de principios de año que casi estaba cumpliendo, se ha ido difuminando… casi un mes sin escribir. Es que los carnavales son los carnavales, y entre los de Cádiz y los de mi pueblo, fines de semana complicados para escribir, así que creo que no hay mejor forma de retomar el blog que hablando precisamente de ello, de los carnavales, empezaremos por el de Cádiz.
A estas alturas del Siglo XXI para los forofos de las coplas del carnaval gaditano (jartibles que llamamos por aquí) no hay que explicar mucho, pero sí para los aficionados no jartibles (supongo que los no aficionados habrán dejado de leer ya). Lo que quería explicar es que cada día está mas claro que una cosa es el concurso de coplas del Gran Teatro Falla (denominado con el batracio nombre de COAC) y otra las coplas de la calle, de las que en Cádiz se denominan agrupaciones “ilegales” o “callejeras”. Hace unos días me preguntaban cuales me gustaban más, si las “oficiales” o las “callejeras”, transcribo mi respuesta:
- El COAC y las agrupaciones que participan son, para mí, necesarias e importantes. Porque son las encargadas de mantener una tradición musical que tenemos que conservar por su valor cultural e histórico, pero también porque la evolución de ellas nos han llevado a un muy alto nivel de calidad musical e interpretativo, y eso es digno de elogio y mantenimiento, como digo. Esos tangos “de pellizco” o de “ida y vuelta” no podemos perderlo. Esos pasodobles de 3×4 viñero tampoco. Esos juegos de voces en los coros y comparsas sobre todo, aunque también en muchas chirigotas cada vez suenan mejor en un gran número de agrupaciones que se presentan a concurso, e incluso los cuartetos cantan a dos o tres voces.
- Las callejeras son también necesarias porque aportan la frescura, el ingenio y la libertad musical e interpretativa. Así, este año dos de las interpretaciones que más gracia me han hecho de las callejeras que he podido disfrutar han sido una samba brasileña (“Los Barbapasta”) y unas sevillanas (“Alma andaluza”). En los últimos años también provocan con bastante frecuencia la interacción del público, no solo a la hora de repetir los estribillos, sino a la de escenificar o integrar a alguien del público en alguna parte del repertorio.
Pero, claro, también a cada una de ellas se les puede criticar, basándose lógicamente en lo dicho anteriormente:
- Las oficiales cada vez tienen menos frescura, debido a la rigidez de las normas del COAC en cuanto a tiempo, orden y tipo de coplas que hay que interpretar (salvo los cuartetos que tienen bastante más libertad), y también las horas de ensayo necesarias para ese nivel de calidad musical a que me refería anteriormente, hace que la mayoría de las letras de estas agrupaciones hablen de temas de unos meses atrás. Así, por ejemplo, me ha llamado la atención que este año ninguna agrupación (de las que yo he oído) hayan cantado al “Je suis Charlie” o al adelanto de las elecciones andaluzas, por citar sucesos relativamente recientes. Y otra crítica que yo les suelo hacer es que hay demasiado “meta-carnaval” es decir, elevado número de letras dedicadas a cosas relacionadas con el propio COAC citando así a autores y/o componentes de determinadas agrupaciones, que aunque es compresible, en mi opinión se está abusando de ello hace años. Sin ir más lejos, no comparto la opinión de pasar a la final este año a la chirigota “El que entra, no sale” cuyo repertorio es 80% o más, metacarnaval.
- Respecto a las ilegales, aunque la mayoría sigue respetando algunas cuestiones de forma como por ejemplo las rimas en los romanceros, o los cuplés cortitos junto con su estribillo pegadizo (que a la segunda vez que se cantan ya todo el público está coreando) y un popurrí más o menos corto, quizás se corra el peligro de que cada vez más agrupaciones no respetan esas cosas y hacen canciones a ritmo de cualquier estilo no propiamente carnavalero, no como un complemento que me parece bien, sino en todo su repertorio.
En fin, que como escribió Antonio Martín años ha, esos son mis dos amores, mi Carmela en las calle y mi Rosarillo en el Teatro, o viceversa.
Y ahora un poco del carnaval de Jimena, mi pueblo. Otro año más (y van 31) del carnaval jimenato moderno, os cuento_
– El pregón a cargo de la chirigota del «Billy», aunque lo cogí empezado 🙁 me gustó bastante, hicieron una parodia de Juan y Medio (impagable, Matías) en el que intervinieron varios miembros de la chirigota e incluso el alcalde hizo un «papelito». Luego el pregón en sí del Billy, aunque estaba un poco nervioso, me gustó, estuvo simpático, reivindicativo y piropeando a la fiesta y al pueblo, los tres ingredientes básicos del carnaval gaditano, así que muy bien.
– Luego las dos chirigotas locales que se atrevieron a subir al escenario, la chirigota de los «mayores» penenes en la fiesta con su tipo de Pablo Iglesias («Como ganemos la liemos») en su línea crítica y simpática, este año con un popurrí que por lo cortito sorprendió al respetable, mal acostumbrados que nos tienen.
La chirigota de «las niñas» también me gustaron bastante, en su tercer año suenan cada vez más afinadas y se va viendo una evolución muy positiva: ¡¡adelante Sandra y compañía!! El viernes finalizó con la actuación de la chirigota gaditana y viñera «Los Psicólogos», con decir viñera hay que decir poco más, se ve que viven el carnaval y lo disfrutan, pusieron al público en pie en varias ocasiones, además del repertorio de esta año hicieron repaso de algunos clásicos de estos autores como «Vuelve ya el 3×4» y «Mostradores de la Viña» en la que hicieron subir a los miembros de las chirigotas locales cantando con ellos. Humildad, calidad y carnaval por los cuatro costados, ¡Chapó! Me hicieron recordar (por lo contrario, claro) a otras agrupaciones que vinieron de Cádiz otros años a cumplir el expediente, coger la pasta y salir corriendo. Cuestión que, por cierto, había criticado Billy en su pregón.
– El baile de disfraces del sábado estuvo muy concurrido con una inmensa mayoría de la gente disfrazada, aunque se echó en falta un poco de imaginación en los disfraces, como digo, cada vez se disfraza más gente y eso es fundamental para mí.
– Las otras dos agrupaciones locales que no han salido este año, sí se atrevieron a cantar en las calles y bares del pueblo, la chirigota del «Batata» de la que os pongo un cuplé más abajo y el cuarteto que representaron su parodia en el Llano para divertimento del personal.
– Buen balance del fin de semana. A mejorar (y ya van 31 años) el sacar la barra del recinto o aislarla de alguna manera cuando canten las chirigotas locales, y el respeto a los horarios, este año sobre todo en el Llano el Domingo que empezó con casi dos horas de atraso.