Lo vuelvo a repetir: blanco negro. ¿Qué has interpretado al leerlo: blanco y negro, o por el contrario has interpretado blanco o negro?
Quizás se podría decir que hay dos clases de persona en el mundo, las que leen blanco y negro, y las que leen blanco o negro. Bueno, quizás podemos considerar que hay un tercer grupo que lee exactamente lo que pone, blanco negro, y que aumente considerablemente cuando lean este escrito.
Bromas aparte, vamos con el tema que quería comentar hoy. Quienes me conocéis sabéis que soy un gran aficionado a la fotografía, y que concretamente me encantan las fotos en blanco y negro, aquí mismo en el blog he publicado algunas. Así que sí, soy un amante del blanco y negro, en fotografía y en cine e ilustración. Pero ¡ojo! cuando hablamos de blanco y negro, por ejemplo en una foto, significa que no hay colores, pero sí hay matices de blancos y negros, o sea, hay grises.
En cierto modo, aunque se pierden los colores, no se pierde la intensidad de cada color en la foto, por lo que la foto permite ver la escena. Por contra, en blanco o negro los puntos no reflejan esa intensidad y si es muy claro se ve blanco y si oscuro, negro. En la mayoría de los casos no se puede saber qué hay detrás de la imagen.
Por ejemplo, a la izquierda de esta imagen tenemos blanco o negro y en la derecha blanco y negro. Si movéis la línea vertical con el cursor (o con el dedo en móviles) veréis la diferencia entre ambas.
De las imágenes al día a día
Todo esto viene a cuento no por las imágenes en sí, sino por como vemos la vida, como vemos la gente, la política, etc. Un ejemplo que nos lo aclare. Un número de personas que pertenece a un grupo de aficionados a un equipo de vuestro deporte favorito, os dejo elegir. Y el grupo de aficionados del equipo rival, llamémoslo B y al otro A. Bien, así en abstracto os puedo asegurar que en el equipo A se cometerán errores imperdonables y aciertos históricos. E igual en el B.
¿Qué pensaríais si oís a alguien que sólo menciona los errores garrafales de uno de ellos? ¿Y si alguien sólo menciona los éxitos de uno de ellos? Así, en abstracto, pensaréis que le hace poca justicia al equipo que se trate mencionando sólo lo buenísimo o lo malísimo que hace. Pero si sois fanáticos del equipo B, creeréis que quien refiere sólo los éxitos del equipo B, lleva razón. Y si sólo critica los errores del equipo A, también. Por contra si sois fanáticos del A, pensaréis que esa misma persona o es una mentirosa o no tiene ni idea del deporte en cuestión.
No he puesto este ejemplo deportivo por casualidad, en los deportes mayoritarios existe mucha rivalidad entre equipos y esto suele suceder, no sólo a nivel de aficionados sino incluso de medios de comunicación, que buscan su clientela.
El blanco ó negro en la política
Últimamente esto se ha extendido a la política de un modo, que sinceramente, me asusta, han salido muchos fanáticos (aunque más de un lado que de otro, en mi opinión). Me asusta porque ese fanatismo implica intolerancia, falta de respeto y empatía. Y sería beneficioso luchar contra eso. Aquí un par de estudios interesantes y serios sobre este tema, uno del EsadeEcPol, y otro de CaixabankResearch.
Una de las cosas que más me indigna es que eso se ha extendido a los medios de comunicación. Que lo hagan los políticos podría aceptarse hasta cierto punto porque viven del voto y algunos lo buscan con desesperación y sin escrúpulos. Pero la prensa supuestamente hace de mediador (el denominado cuarto poder) y ahora mismo, la mayoría de la prensa está alineada con tendencias determinadas. Y eso se transmite a la sociedad desgraciadamente.
Individualmente poco podemos hacer para extinguir una tendencia que lamentablemente se ha extendido demasiado. Pero si en una reunión familiar, de amigos, etc alguien muestra esa actitud con cosas de la vida (lo del fútbol y otros deportes no me importa tanto) hacedle ver que está siendo intolerante. Antes que opinar en contra de lo que diga o darle la razón según el caso, poner en evidencia si no está siendo intolerante y respetuoso con quién piensa lo contrario.
Para terminar una frase atribuida a Voltaire1 que refleja bien esta idea:
“No comparto tu opinión, pero daría mi vida por defender tu derecho a expresarla”
¿Estás de acuerdo con lo que digo? ¿Tienes una visión diferente o piensas que le falta algo al artículo? Házmelo saber en los comentarios, más abajo.
( 1 Editado: Gracias al comentario de Gerardo Bada, parece que la frase aparece en una obra sobre el escritor y pensador francés publicada más de dos siglos después por Evelyn Beatrice Hall para intentar resumir en una sola frase su filosofía).
Creo que hay que reivindicar el derecho a reelaborar continuamente la propia opinión, y a matizarla. Estoy de acuerdo en el peligro que se cierne: los extremistas se están aprovechando de la escasez y baja calidad instructiva para camelarse a los que les cuesta ver la escala de grises. Y creo que el forofismo en el fútbol y en la política tienen muchos puntos en común y que las más de las veces se retroalimentan entre ellos; por lo que, aunque el fútbol sea «per se» una actividad trivial, la repercusión que se le da y que adquiere lo hace muy relevante para lo que nos ocupa. También creo que hay una multitud silente que no lo ve todo blanco o negro. Pero son lo radicales, desafortunadamente, los que a menudo deshacen el empate.
Aunque creo que en la escala de grises nos movemos tú y yo ¿no?
Por lo visto, la cita no es atribuible al Voltaire real, sino a uno ficticio. A un Voltaire como personaje literario.
Saludos.
Gracias Gerardo por tu comentario. Pues sí, supongo que haberlo normalizado en el fútbol ha facilitado que se extienda. Tanto que, como tú dices, tenemos que reelaborar nuestra propia opinión porque a veces inconscientemente tod@s caemos en el error. Sí, ahí nos movemos Lapido tú y yo, jejeje. Lo de la cita de Voltaire sé que había discrepancias sobre si lo había dicho o no, editaré la entrada para poner una nota en «atribuido a».
Saludos