Dedicamos toda la mañana a visitar los monumentos de Olympia, empezamos por el Museo que es espectacular, muchos restos de hallazgos desde cerámicas a esculturas y objetos de todo tipo. En Olympia estaba la estatua de Zeus Olímpico de 12 m. de altura, una de las siete maravillas del Mundo Antiguo, lamentablemente destruida en su totalidad, en el Museo hay una sala dedicada al escultor en el que se pueden ver los instrumentos y algunos moldes con los que construía luego las piezas de oro y marfil de que estaba construida. También hay una estatua bastante bien conservada de Hermes esculpida por Praxiteles en mármol con una textura espectacular, dicen que la mas bella del arte griego; y lo que mas me gustó los restos de los frisos en la sala central del Museo.
Justo al lado del Museo están los restos arqueológicos de la Olympia donde se celebraron los juegos olímpicos de la antigüedad, incluidos varios templos, el estadio propiamente dicho que en la antigua Grecia no tenían gradas sino que el publico estaba de pie en un montículo de tierra a su alrededor para facilitar la visión; solo había gradas para el jurado. Me llamó la atención que a la entrada del estadio a mano izquierda construían estatuas de Zeus compradas con las multas que hacían pagar a los atletas tramposos, poniendo en la base de las estatuas el nombre del atleta y la infracción cometida. Cuando los atletas entraban al estadio veían estas estatuas para que le sirviera de escarmiento. Un poco mas allá esta el altar de Hera donde se enciende todavía en la actualidad la antorcha olímpica que recorre luego el mundo hasta llegar a la sede de las olimpiadas modernas. En Olympia hay dos teatros indicados en los mapas pero son contemporáneos. Nos ha encantado todo, imprescindible pasar por aquí.
Salimos para Delfos, nuestra próxima parada, a través de una carretera cómoda muy llana en general hasta que se abandona el Peloponeso. Se sale de la península por el norte a través de un largo puente con un peaje de 12€ y pico, recorriendo luego la costa por carreteras con mas curvas y tramos un poco sinuosos. Antes de salir de España nos advirtieron que los griegos conducen muy mal, yo mas bien diría que conducen diferente: los vehículos se suelen apartar al arcén mientras haya espacio dejando así un carril central para adelantamientos, incluso cuando hay raya continua. Esto puede ser peligroso, claro, pero me parece una forma colaborativa de conducir, si uno viene mas rápido que tú, te echas al arcén y que pase. Cuando te acostumbras no es difícil, vi algo parecido en Portugal.
Para subir a la ciudad de Delfos hay cinco kilómetros de subida dignos de un alto de montaña de la Vuelta a España o el Tour.