La mañana del viernes la dedicamos a los monumentos, el Acrópolis es espectacular con el Partenón y las cariátides del Erecteión entre otros templos, espectacular es también la cantidad de gente que hay un viernes de Noviembre, no quiero pensar como estará esto un fin de semana de verano. Hay muchos hispanos sorprendentemente, en especial de Méjico y Guatemala, algunos son de cruceros por el Mediterráneo que paran aquí un día. Pero no menos espectaculares son las vistas de la ciudad desde el Acrópolis ya que está situado en lo alto de un cerro justo en el centro de una muy extensa ciudad que ha ido creciendo a su alrededor en todas direcciones. Bajamos rodeando el cerro por callejuelas de la Plaka (barrio antiguo de la ciudad repleto de comercios, bares y restaurantes) hacia el Arco de Adriano y el Templo de Zeus y Olimpia, es increíble el buen tiempo que hace un 19 de Noviembre como se ve en la foto. Luego nos dirigimos al estadio Panathinaikon donde se celebraron los primeros juegos olímpicos modernos en 1896, único en el mundo construido en mármol en su totalidad.
Nos dirigimos al Museo del Acrópolis en cuyos alrededores comemos en una terracita en la calle, estando allí sentados veo pasar a varios niños y niñas de menos de diez años tocando un pequeño acordeón, al marcharnos veo una de ellas comiéndose un helado y otra pidiéndole a un hombre que le compre uno. Me resulta tan triste ver (y que se permitan) estas cosas…
Entramos en el Museo del Acrópolis, muy espectacular con un diseño vanguardista, entre una cantidad impresionante de restos de objetos y estatuas, en el segunda piso con la planta del tamaño real del Partenón se muestra los restos de los frontispicios y del friso. Además es interesante ver la proyección donde se explica la historia del Partenón (en griego e inglés); y cinco de las cariátides originales (las del templo son reproducciones), la sexta está en el Museo Británico.
Como diría Gila: muy bonito… pero qué descuidao está tó, a las estatuas les faltan los brazos y las caras…
De vuelta al hotel cogemos el metro pues hasta en las estaciones hay restos arqueológicos, vemos la del Acrópolis y la Syntagma, donde nos bajamos para ver el cambio de guardia en la entrada al Parlamento que se realiza cada hora, los domingos con música, según nos cuentan.
Hay bastante mas gente en las calles, se nota el comienzo del fin de semana, las mujeres griegas no me parecen, en general, especialmente guapas o atractivas, aunque hay de todo lógicamente. La gente es muy ruidosa por la calle, se suele hablar en voz alta y reclamar la atención de alguien en la distancia también a voces, supongo que será culpa del Mediterráneo.