Una de las cosas que mas me sorprendió, como switcher, cuando instalé OSX en mi MacBook fue que en el escritorio no había nada más que el icono del disco duro. Y es que en gïndous acostumbramos a tener en el escritorio los accesos directos a las aplicaciones, y además se suelen tener ahí las carpetas más usuales en nuestro día a día con el ordenador, como Mis Documentos u otras carpetas de música, vídeo y demás; yo tengo la costumbre de dejar en el escritorio archivos como recordatorio, es decir, si tengo que retocar una foto, o terminar un documento o cualquier otra tarea, si dejo el fichero en el escritorio, a la vista, no se me olvida. Personalmente me gusta personalizar el escritorio con imágenes a mi gusto e ir cambiándolas de vez en cuando, esto es un problema con tanto icono en el escritorio ya que tapa las imágenes; últimamente tomé la decisión de poner en el escritorio fotos que tuvieran fondos negros en un lateral o en los dos y organizar los iconos en esas zonas oscuras para no «tapar» la imagen que había elegido para el escritorio.
Esto no es un problema en Mac, porque (aunque al principio cuesta) al haber varias formas de acceder a las aplicaciones y archivos con facilidad, no es necesario tener los iconos en el escritorio y afearlo de esa manera. Una de las formas es poniendo las aplicaciones en el Dock, para incluir un programa aquí sólo hay que pincharla desde el Finder en la carpeta Aplicaciones y arrastrarla hasta el lugar del Dock que deseemos, de esta forma la tendremos siempre disponible. En cuanto a las carpetas habituales, podemos ponerla en la columna izquierda del Finder, para tenerlas siempre accesibles; otra cuestión que me gusta mucho de Mac, es que se abre la ventana de diálogo para abrir o guardar un archivo dentro de cualquier aplicación, además de abrirse por defecto en la última carpeta utilizada, se puede desplegar una pestañita donde además de ver las carpetas que quedan por encima de ella, hay una relación de las carpetas más recientes utilizadas en las ventanas de diálogo anteriores.
Otra forma muy habitual de abrir documentos y programas en Mac es con Spotlight, ese buscador que aparece en la parte derecha de la barra de menús, un buscador más que potente como comentamos en una entrada anterior. Si ponemos en el campo de texto de Spotlight las primeras letras de la aplicación que queremos iniciar o del fichero que queramos abrir, o la canción que queramos escuchar, con una rapidez impresionante nos salen los archivos que coinciden con esas letras y basta pinchar y a funcionar.
También existe una aplicación gratuita llamada QuickSilver muy utilizada en OSX para eso precisamente: iniciar aplicaciones, lanzar scripts y manejar documentos entre otros. Se ejecuta en segundo plano y basta una combinación de teclas para que aparece el menú y elegir la aplicación que queramos, aunque en realidad es mucho más que eso, más información en la página oficial (en inglés) y en español, por ejemplo en este post del foro Macuarium.
Desde hace unos días tengo mi escritorio del MacBook totalmente vacío, excepto el icono del Disco Duro 🙂